ANÁLISIS SEMIÓTICO DE OLYMPIA DE MANET

El arte es una de las expresiones más complejas del hombre, pues en la obra producida los mensajes pueden ser tan complejos, tan propios del autor, que en algunas ocasiones el código no produce un fenómeno comunicativo. En este análisis se retoma el estudio sobre semiótica y los conceptos que se aplican a ella para hacer un análisis de los signos en la obra Olympia de Manet. 


De una forma escandalosa y polémica, el pintor impresionista Eduard Manet expone ante el Salón de París en 1865 su obra Olympia, donde encuadra a una prostituta desnuda en actitud sensual y provocativa. Olympia es un cuadro realizado en óleo sobre lienzo por el pintor francés Édouard Manet en 1863, el cual mide 130,5 cm de altura y 190 de largo. Manet comenzó a trabajar en él en 1863 para presentarlo en el  Salón de los Rechazados de ese mismo año. Sin embargo, la obra no se expuso hasta 1865, en el Salón de París, en donde causó un gran escándalo, ya que aunque el público y la crítica aceptaban los desnudos en obras mitológicas, no era así cuando se trataba de un desnudo realista. 

OLYMPIA DE MANET
Manet es un pintor francés, reconocido por la influencia que ejerció sobre los iniciadores del impresionismo. Expuso por primera vez en el Salón de 1861 con Retrato de Auguste Manet y su esposa y El guitarrero, cuadro por el que recibió una mención honorífica. Lola de Valencia y Música en las Tullerías formaron parte de los trece cuadros que expuso en la galería Martinet y que le granjearon la impopularidad entre público y crítica y la admiración de Monet, Renoir, Cézanne y Pissarro. La merienda campestre no fue admitida en el Salón de 1836, pero sí en el de los Rechazados. La luminosidad de su obra y la influencia de Velázquez se concretaron en un viaje a España en 1864. Al año siguiente, su obra Olimpia desató un nuevo escándalo y en 1866 El tocador de pífano fue rechazado.

Apartado en 1867 de la Exposición Universal, expuso en el puente del Alma unas obras que desencadenaron el furor del público. Realizó entonces escenas de la vida contemporánea y en 1869 expuso en el Salón Almuerzo en el taller y El balcón. Después de la guerra de 1870, los éxitos de Manet fueron continuos. Influido por Monet, practicó la pintura al aire libre. Su progresiva parálisis le llevó a dedicarse al pastel, técnica con la que acabó de contribuir a forjar una revolución pictórica basada en el cromatismo y en la soltura de pincelada. 

En la escena aparece una mujer desnuda, probablemente una prostituta de lujo, recostada en un sofá, a la que trae un ramo de flores una sirvienta negra. La mujer desnuda claramente no es una diosa, sino una prostituta sin ropa fuera del concepto de desnudo clásico, irradia arrogancia en su mirada. Esta mujer mira provocadoramente al  espectador mientras se cubre los genitales con una mano. Al lado de este personaje se encuentra de pie una mujer morena con un vestido ancho de color claro y que le ofrece a la mujer desnuda (Olympia) un ramo de flores que tiene los mismos colores que se ven en el estampado de la sábana sobre la cual también se encuentra un gato negro con el lomo arqueado.

El pintor usó diferentes códigos que tienen en su mayoría una connotación sexual. Estos símbolos se encuentran en el gato negro, que simboliza promiscuidad; en el ramo de flores que era un obsequio que los clientes le enviaban a las prostitutas de lujo; la orquídea rosada que está en el cabello de la mujer. Olympia viste un solo sueco mientras que el otro está tendido sobre la cama, que transmite la inocencia perdida, reforzando así el mensaje sexual de la obra y dándole un tono más escandaloso para la sociedad francesa del siglo XIX. 

La mujer de raza afroamericana, por los elementos que la rodean (mandil, tocado en el cabello, vestido) nos refiere a que es una mucama, empleada del dueño de la casa, y le lleva a la prostituta las flores como un obsequio por parte de su patrón. La pose de la mujer, además del gato y demás elementos, nos recuerdan un poco a “La venus de Urbino” de Tiziano, la pintura es una parodia que en su época causó mucho revuelo, lo cual, fue intención del autor. Por último, el pintor utiliza elementos que denotan lujo para mostrar el alto estatus económico de Olympia, por ejemplo el brazalete dorado que lleva acompañado por aretes de perla, la presencia de una sirvienta, los adornos del papel tapiz al fondo de la pintura y las cortinas de color verde oscuro.

Tanto el tema como el lenguaje pictórico explican el escándalo que provocó la obra en el Salón de 1865. Aun cuando multiplica las referencias formales e iconográficas: La Venus de Urbino del Tiziano y La maja desnuda de Goya, Manet traduce con frialdad un tema muy contemporáneo. La Venus se convierte en una prostituta que mira con desafío al espectador.  La obra no representa ninguna escena política, bélica o religiosa, pero sí realiza una crítica al costumbrismo social, usando códigos que culturalmente resultaban escandalosos.



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