PORQUE HAY COSAS QUE NUNCA SE OLVIDAN DE LUCAS FIGUEROA: CRÍTICA

Cuatro niños que juegan al fútbol, pero el balón se cae en el patio de la casa de una vieja mala, que les retiene el balón para que no jueguen más; la venganza será terrible. Este cortometraje entró en el Libro Guiness de los Récords al convertirse en el que más premiado de la historia del cine. Han sido cerca de 300 premios conseguidos en festivales de todo el mundo, desde Suazilandia, Bermudas, Texas, Macedonia, Rumania, Italia, Zaragoza, Medina del Campo o Aguilar de Campoo.

El argumento de la cinta es muy sencillo: en un pueblo italiano de los años 50, cuatro niños juegan al fútbol. La pelota se cuela en el patio de una anciana vecina, que les pincha el balón. Entonces, los cuatro chavales urden una venganza que, como estamos en Italia, “debe servirse fría…”. La idea surgió de un recuerdo de infancia del propio Figueroa, que nunca ha podido olvidar a una vecina que le pinchaba a él y a sus amigos los balones que caían en su propiedad. Aunque la historia se desarrolla en Nápoles, el rodaje se desarrolló en las calles de un pueblo segoviano de 40 habitantes, y la realidad es que lo contado podía suceder en cualquier parte del mundo. Además contaba con la participación de los futbolistas italianos Amedeo Carboni y Fabio Cannavaro.

Del trabajo destaca su fotografía de filtros cálidos que cargan el ambiente y le dan un toque añejo, una planificación con travellings, picados y contrapicados muy expresivos, con imágenes deformadas por los grandes angulares empleados, y con una música solemne que está entre lo heroico y lo trágico, pero que, al chocar con las imágenes que generan un efecto cómico y entrañable.


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